El vacío del Alma

El vacío del Alma

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¿Sabes
ese momento en el que dejas de creer en todo? ¿En el que ya no confías ni en ti
ni en los que te rodean? Ese momento en el que solo deseas permanecer en la
oscuridad, en un eterno letargo donde no sientes ni hambre, ni sed, ni calor ni
frío. Un lugar donde tu alma hiberna, donde permanece quieta, dando la espalda
al resto de la humanidad, porque piensa que esta no tiene nada que darle más
que disgustos y cosas perecederas, sin sentido alguno. Cosas que brillan en los
dedos de las mujeres, que lucen en los pies de los hombres, que les transportan
a grandes velocidades…

A
veces me pregunto cómo es la vida de un ciego, sin codiciar nada de lo que ve. Quizás
codicien lo que tocan, pero el sentido del tacto se me antoja demasiado íntimo
y profundo como para codiciar algo a través suyo.  Hay gente que no codicia lo material  y van más allá, deseando poder, creerse por
encima de los demás, atraer la atención de los que los rodean con palabras
interesantes, fingiendo ser unos entendidos en la materia, y no son más que
unos falsos gurús de lo que sea.

Cuando
la conciencia abre los ojos a la realidad y se da cuenta de que todo esto no es
más que un burdo teatro, te sientes realmente triste porque piensas, ¿cuál es
mi objetivo entonces en esta vida? Acumular dinero no tiene sentido si vas a
morir, tener cientos de vestidos tampoco, ser la persona más popular de tu
círculo es inútil, siempre vendrá alguien mejor que tú. Y así nos pasamos la
vida, acumulando y compitiendo.

Puedes
pensar entonces, “Bueno, entonces estoy decidido a hacer como objetivo en esta
vida el ayudar al prójimo”. Y no hace falta irse a otro país para hacer esto,
lo puedes practicar simplemente en el día a día.

Los
hay que opinen que esto no les va a dar de comer. Cierto, las obras altruistas
no dan de comer, pero alimentan el alma de algún modo para darte cuenta de que
estás aquí por algo, aunque sea para cederle el asiento en el metro a una mujer
embarazada y dar ejemplo al resto de personas que se han hecho los locos
mirando sus libros o haciéndose los dormidos mientras escuchan música.

Cuando
todo te parece superfluo y sin sentido es muy difícil encontrar una motivación.
Por norma general habrá gente que diga, “No sé, ahorra y cómprate algo que
realmente desees”. Pero ¿Si nada material puede llenar ese vacío? ¿Quizás sea
una persona lo que lo pueda llenar? No… Es un cambio en la conciencia, está
claro, pero cuando el resto de las personas que te rodean no vibran al mismo
ritmo que tú es más difícil encontrar la respuesta a cómo llenar ese vacío.

Un
truco puede ser pasar un par de días absolutamente solo, sintiendo hacia dónde
fluyen tus pensamientos, qué es lo que quiere realmente tu ser, y si no estás a
gusto en la situación actual, ya tienes un objetivo a corto plazo, cambiar esa
situación. Y si lo ves como algo muy difícil de modificar, mejor todavía, te
mantendrá ocupado, te hará sentir muchas cosas, tanto buenas como malas, pues
los cambios siempre son duros, pero sobre todo aprenderás una lección, y las
lecciones permanecerán contigo para siempre, es algo que no puedes tocar, que
no has comprado, pero será mucho más útil que comprarte esa cosa que siempre
has deseado y que dentro de cuatro días probablemente no le hagas ni caso.

Así
que, si sientes un gran vacío en tu vida, seguramente será porque necesitas
cambiar algo que a primera vista no sabes qué puede ser pero está ahí. De modo
que comienza por conocerte a ti mismo, permanece en silencio todos los días
unos minutos y cédele a tu alma la palabra para que te cuente qué es lo que le
pasa, qué es lo que no funciona. Quizás así, encuentres tu camino.
 https://mantenlosimpleblog.files.wordpress.com/2014/04/alma-vacia-mantenlosimple.jpg
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