El hipotálamo y los puntos meridianos

Toda la legua, y no solo la punta, estimula los puntos meridianos de la cavidad bucal. Dichos puntos están conectados con el hipotálamo y con ambos hemisferios cerebrales.

La fricción de la lengua sobre los puntos estimula ciertas zonas del hipotálamo y este a su vez estimula las glándulas pituitaria y pineal.

Los sonidos nasales, por ejemplo son los que más estimulan la glándula pituitaria, ya que vibran justo donde se une el tabique nasal y el punto del entrecejo. Al cantar el mantra “Ong”, por ejemplo, se activan las secreciones de la pituitaria y esta a su vez estimula al resto del sistema glandular.

 Ek Ong Kar
Ek Ong Kar
 

Om

Om (aum) es el sonido cósmico primordial sobre el que se articula toda la sabiduría yóguica.

Las escrituras lo definen como incausado, vibración infinita coexistente con el mismo universo. A día de hoy hay quien lo asocia al eco del Big Bang, que aún sigue reverberando por el espacio.

«Om» es la vibración original de donde proviene toda la creación. Es el mantra o sonido más poderoso de todos los mantras. Por medio de la meditación en «Om», el yogui alcanza el estado de liberación o «moksha». Se utiliza como un poderoso sonido abstracto (sin objeto de representación) en la meditación.

Por medio de la repetición mental de la sílaba «Om» la mente se va volviendo cada vez más firme y estable, haciendo desaparecer el oleaje continuo de pensamientos.

Sus vibraciones brindan un flujo positivo de ondas alfa que se sienten en todo el cuerpo, estimulando particularmente la glandula hipófisis. En el sistema yóguico este poderoso mantra o sonido místico es el «bij» o semilla del chakra ajna, y por medio de su repetición mental y la fijación de la mente en este chakra, es activado, quedando la mente suspendida. Las corrientes vitales dejan de funcionar de forma dual.