Antes de meditar
Antes de empezar, has de escoger una hora y un lugar en el que sepas que no vas a ser molestado.
El horario más apropiado para ello, es al alba o a la puesta de sol, ya que estos momentos son instantes tántricos en los que se da lugar el paso de la noche al día y viceversa. La luz y la oscuridad, lo visible y lo invisible, lo evidente y lo oculto, están presentes en estos intervalos de tiempo.
Preferiblemente, las personas que meditan habitualmente escogen el alba, debido a que la mayoría de las personas se encuentran durmiendo y en la calle apenas hay ruidos.
Pero no necesariamente has de hacerlo en las horas ambrosiales, de hecho, hay muchas meditaciones que son recomendables hacerlas antes de dormir ya que ayudan a combatir el insomnio.
En cuanto al lugar, puede ser cualquiera siempre y cuando no haga excesivo frío o calor y haya una adecuada ventilación.
El lugar más idóneo para meditar quizá sea el campo, ya que te cerciorarás de la ausencia de sonidos de coches, ladridos, gritos o cualquier otro ruido que evoque el bullicio de una ciudad.
Pero, actualmente, la mayoría de las personas no vivimos en el campo y tenemos que conformarnos con una habitación vacía en un momento tranquilo.
Aún así, si tienes la oportunidad de meditar en el campo, hazlo. La experiencia es muy agradable y querrás repetirla una y otra vez. También puedes hacerlo en algún parque que disponga de amplias zonas verdes.
A la hora de sentarte, es importante aislar tu cuerpo del frío del suelo, para ello, siéntate sobre una alfombra (preferiblemente de pelo natural), un aislante o una manta.
Si a pesar de esto te sientes destemplado, cubre tus hombros con un chal o una chaqueta. Hay personas que utilizan el mismo chal para este cometido, ya que queda impregnado con la energía positiva que desprende el aura durante la meditación.
Una vez acondicionado el entorno, siéntate con la espalda recta, echando los hombros ligeramente hacia atrás, expandiendo el pecho hacia delante y aplicando un ligero Jalandhara Bhanda (consultar apartado “Bhandas o cerraduras”) Si no puedes sentarte en la postura que se indica en la meditación, siempre puedes sentarte en una silla con respaldo (consultar apartado “posturas”).
A partir de aquí, solo has de seguir las instrucciones que se dan en cada meditación: hacia donde has de dirigir los ojos, como has de respirar o que mantra has de cantar.
Concentración o enfoque mental
El centro más común al que se suele dirigir la atención cuando se medita es el punto del tercer ojo, a la altura del entrecejo. Sin embargo, no es el único lugar en el que nos podemos concentrar. Otros puntos de enfoque son la nariz, dejando lo ojos ligeramente abiertos, la coronilla, con los ojos cerrados, dirigiéndolos físicamente hacia arriba, o el centro lunar de la barbilla.
Dependiendo del lugar hacia donde dirijas la atención te producirá un efecto distinto:
- Coronilla: te eleva a hacia una conciencia superior, activando la glándula pineal, la cual controla la proyección nuclear de cada célula del cuerpo.
- Entrecejo: Estimula la glándula pituitaria, glándula encargada de dirigir al resto del sistema endocrino. A través de este estímulo podemos despertar la intuición.
- Punta de la nariz: Acalla y consolida la mente en el estado meditativo. Gracias a esto son creadas nuevas vías de energía en los patrones cerebrales.
- Centro Lunar del mentón: Ver mentalmente a través de la barbilla nos permite vernos a nosotros mismos con claridad.
Tiempos de meditación
Cada meditación tiene asignado un tiempo específico, desde 3 minutos hasta 2 horas y media.
Si eres principiante es aconsejable que empieces por el mínimo de 3 minutos y luego continúes aumentando a medida que tu cuerpo y mente se vayan acostumbrando.
Cada porción de tiempo influye de diferente manera sobre nosotros:
– 3 minutos: Tu circulación y estabilidad sanguínea son estimuladas.
– 11 minutos: La pituitaria comienza a segregar hormonas y los nervios se equilibran.
– 22 minutos: Las tres mentes (negativa, positiva y neutral) son equilibradas para trabajar unidas.
– 31 minutos: La meditación afecta a tu mente, tu aura y los tatwas o elementos del cuerpo (tierra, agua, fuego, aire y éter).
– 62 minutos: El subconsciente y la proyección positiva se integran.
– 2 horas y media: El cambio que proporciona la meditación queda grabado en el subconsciente durante todo el día.